JAVIER OCAÑA 22/12/2007
Babelia. El País
Cine. Las intrincadas estructuras narrativas de Guillermo Arriaga han hecho furor entre los guionistas. Tanto, que
incluso se está llegando a cierto hartazgo a causa de la reiteración en el
desorden temporal, en la ruptura secuencial de algunas películas. Arriaga, guionista de Amores perros,
Las estructuras parten del guión original, y ahí está para demostrarlo la publicación de los libretos de Amores perros y 21 gramos: historias sobre la degradación, la pérdida y el vacío interior que, si se hubieran contado linealmente, ya habrían sido demoledoras, pero que con la deconstrucción de Arriaga entraban en una nueva dimensión, más compleja y polisémica. Porque no se trata sólo de desordenar y que las piezas encajen. El objetivo es que esa aparente anarquía narrativa convierta la película en algo distinto, y que sirva incluso como método de suspense narrativo.
Destinada a cinéfilos y profesionales, la edición de los guiones puede
llevar a un doble ejercicio: a una simple lectura; y a una lectura comparativa
junto a la película y a la televisión. Una práctica que llevará a la conclusión
de que González Iñárritu buscaba aún más austeridad y
concisión que Arriaga. Ahora que la disputa por la
autoría de sus películas ha acabado con la amistad y el trabajo conjunto, habrá
que ver a quién le va mejor sin su compinche. De momento, Guillermo Arriaga sigue publicando novelas y ahora llega al mercado
español Escuadrón guillotina, su primera obra, ambientada en