BALANCE
LITERARIO DEL 2006
ANTE
UN PRESENTE QUE DEJA INSATISFECHO, EL ACIERTO DE LA REEDICIÓN
2006 no
ha sido un año brillante, literariamente hablando.
MILES DE
TÍTULOS
Como viene siendo habitual en los últimos años en el panorama editorial español, muchos miles son los títulos editados, demasiados, lo que da sensación de exuberancia y, también, de cierto caos. No hay más que entrar en una librería, la que sea (y no digamos ya en las grandes superficies), para sentirse mareado y desbordado. Son cientos los volúmenes que se apilan en todo tipo de mesas y estanterías, intentando llamar la atención de unos compradores que suelen pasar olímpicamente de las opiniones vertidas por la crítica literaria y que, más que nunca, vive obsesionado con lo que está de moda y con lo que lee el vecino, pues hay que estar al día. Y esto lo saben las editoriales.
Las novedades se suceden (y se devuelven) a un ritmo vertiginoso y son pocos los títulos que viven su momento de gloria y esplendor si consiguen venderse quince días seguidos y si ocupan un destacado lugar en esas listas de libros que aparecen en los medios de comunicación (y que no son muy de fiar). Las grandes editoriales andan a la caza del pelotazo comercial, bien en forma de bodrio esotérico o novela histórica ambientada en una Edad Media de cartón piedra o en una guerra civil que sigue siendo el cómodo recurso para escritores carentes de imaginación y para aquellos que juegan a ser escritores comprometidos, etiqueta devaluada que pone la literatura al servicio de intereses espurios.
Por su parte, las editoriales pequeñas e independientes aportan frescura, riesgo, novedad, nuevos valores, inteligencia en las recuperaciones, aunque también es cierto que en muchas ocasiones tienen que conformarse con las sobras y los restos de lo que no han publicado editoriales de más calado. También sigue en auge el fenómeno de la autoedición, lo que todavía provoca más inflación de títulos en el mercado. Eso sí, siguen siendo las editoriales más poderosas las que a golpe de premio y de autores de postín (y también de buenas reediciones) marcan la actualidad editorial y también el peso mediático del libro en los diferentes medios de comunicación.
Como decía más arriba, los lectores compran los libros por impulsos: una
cara conocida, un/a escritor de prestigio, autores de los que todo
No es un fenómeno exclusivo de la literatura (en el cine y en la música pasan cosas parecidas), pero resulta un tanto frustrante comparar las listas de libros más vendidos y los títulos que están mejor colocados en las grandes superficies, con las sugerencias que a finales de año suelen hacer los críticos de algunos medios de comunicación. Y es que se está imponiendo un tipo de libros que repiten casi miméticamente los ingredientes de los éxitos de cada año, libros que imitan de alguna manera la movida que han provocado fenómenos como La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón, o El Código da Vinci, de Dan Brown: novelas con ingredientes asequibles, con tramas impactantes y con unos contenidos históricos y culturales que provoquen un cierto y moderado escándalo.
SONOROS BATACAZOS
A simple vista, analizando los premios literarios y las listas de libros
más vendidos, puede parecer que todo está programado. Pero
Pero también sucede lo contrario: libros que se preparan para ser un best-seller y que fracasan estrepitosamente. Podemos citar dos ejemplos: uno español y otro extranjero. El español es Pablo Tusset, famoso por el éxito de su primera novela, Lo mejor que le puede pasar a un cruasán; la segunda, En el nombre del cerdo, lanzada a bombo y platillo, no ha despertado ningún interés. Casi lo mismo le ha sucedido al autor de El club Dante, Matthew Pearl, quien se ha estrellado con La sombra de Poe, a pesar de los esfuerzos de su editorial por convertirle en un superéxito de ventas. Sin embargo, a los que les ha salido bien la jugada ha sido a los agentes y editores de La Catedral del Mar, del primerizo Ildelfonso Falcones, una novela que contiene los ingredientes que sus editores estaban buscando: acción cercana, erudición dosificada, Edad Media, intrigas eclesiales, inquisición y morbo. Falcones aspira a convertirse en competidor de Matilde Asensi, escritora que es ahora mismo el estandarte del best-seller español, y que ha publicado en 2006 Todo bajo el cielo, concebida como una novela de aventuras más internacional.
ELOGIO DE LA REEDICIÓN
Como viene pasando en los últimos años, lo más destacado del mundo
editorial es su capacidad para la reedición de autores clásicos, olvidados o de
éxitos pasados de moda. Es la política de algunas editoriales, como Acantilado,
Gadir, Salamandra, Nórdica y
Otros autores que conviene destacar son el alemán Gert
Ledig y su dura novela sobre el terror y la violencia
en
AUTORES SIEMPRE VIVOS
Una pequeña editorial como Alpha Decay se ha apuntado un buen tanto con la publicación de los Cuentos completos de Saki (también presente en Siruela). Acantilado no pierde comba con Stefan Zweig, del que ha recuperado, con otra traducción y título, La impaciencia del corazón (anteriormente editada en Debate con el título más acertado de La piedad peligrosa). Gracias al tirón de la película sobre su vida, también se ha puesto de moda la literatura de Truman Capote, del que se ha publicado su amena y cotilla Correspondencia, y una novela inédita, Crucero de verano, donde están condensadas sus mejores virtudes narrativas. En Acantilado también ha aparecido una nueva novela del norteamericano William Saroyan, Las aventuras de Wesley Jackson, otro sensacional redescubrimiento que se suma a la publicación de varios libros suyos en la misma editorial.
También ha cosechado muy buenas críticas la publicación de la primera parte de una trilogía escrita por el escritor canadiense Robert Davies, El quinto en discordia. Entre las magníficas ediciones de Alba destaco la publicación de los cuentos completos de Willa Cather, Todos los cuentos, una excelente muestra de la calidad y hondura de su literatura. Minúscula ha recuperado los artículos periodísticos que Joseph Roth dedicó a Berlín, Crónicas berlinesas, y una interesante novela de Franz Werfel, Reunión de bachilleres. Y el que se está convirtiendo en algo más que una moda es el escritor británico G.K. Chesterton, del que Acantilado ha recuperado, entre otras, su Autobiografía y una inteligente selección de artículos, Correr tras el propio sombrero y otros ensayos, libro que sirve muy bien para conocer las obsesiones de un escritor polifacético, muy agudo y entretenido. Chesterton ha sido en 2006 uno de los escritores más reeditados.
Cerramos el capítulo de las recuperaciones con dos obras de sobresaliente
calidad: en Pre-Textos, La plenitud de
PREMIOS, PREMIOS
El Nobel
de Literatura sigue siendo un premio demasiado pendiente de
El premio Destino ha sido sin duda una de las sorpresas del año. Eduardo Lago ha conseguido en su primera novela, Llámame Brooklyn, un texto sugestivo, repleto de buena literatura y de originalidad, aun con sus irregularidades. El premio Herralde ha sido para el escritor venezolano Alberto Barrera, autor de La enfermedad, novela que transmite poca emoción. La novela ganadora del premio Primavera, Vichy, 1940, de Fernando Swartz, es un culebrón con trasfondo histórico. Otros premios comerciales han pasado sin pena ni gloria, como el Biblioteca Breve, que obtuvo Luisa Castro con una novela para olvidar, La segunda mujer.
POCA CHICHA EN CASTELLANO
No ha sido un buen año ni para la
literatura española ni para la hispanoamericana, a pesar de que algunos de los
pesos pesados han publicado nuevas obras. Por ejemplo, ha decepcionado
Entre lo mejor, el libro de relatos de Fernando Aramburu, Los peces de
la amargura, dedicado a las víctimas del terrorismo etarra.
Arturo Pérez-Reverte ha vivido un intenso año: primero publicó su novela más
literaria y menos aventurera, El pintor de batallas, que ha sido bien
recibida por la crítica; después del verano, y aprovechando la película sobre
el capitán Alatriste, ha aparecido la sexta entrega
de la serie, Corsarios de Levante, donde vuelve a demostrar que le ha
cogido el gustillo a un personaje muy pérez-reverte.
Y también merece destacarse la empresa memorialística
que está llevando a cabo
De lo mucho que se ha publicado sobre la guerra civil, la mayoría novelas
prescindibles y demagógicas (como las de Manuel Longares
y Benjamín Prado, pero la lista es larga), destaco estas recuperaciones: Incierta
gloria, del catalán Joan Sales; el volumen de relatos A sangre y fuego,
del escritor y periodista Manuel Chaves Nogales; los
artículos periodísticos que dedicó a
Uno de los géneros de moda, la novela histórica, ha dejado algunos buenos
libros, como La reina sin nombre, de María Gudín.
Y autores consagrados dentro del género, como José Luis Corral y
Travesuras de la niña mala,
del ya eterno aspirante el Nobel Mario Vargas Llosa,
no se encuentra entre lo mejor de su producción. Sí me ha convencido, por la
amenidad y por la perspectiva con la que aborda la dictadura de
VOCES EXTRANJERAS
También han publicado nuevas novelas
el polémico Houllebecq, el omnipresente y alicaído Saramago y el Nobel Coetzee: ninguna aporta casi nada a sus trayectorias, unas
sólidas y otras, como la del francés Michel Houllebecq, marcadas por el escándalo y la interesada
provocación. El Premio Príncipe de Asturias, Paul Auster, se nos ha vuelto meloso en Brooklyn
Follies, con el empleo de un mensaje
políticamente correcto que no me lo esperaba: se nos está haciendo mayor.
Resulta entretenida, a pesar de sus defectos, La historia del amor, de Nicole Krauss. También se lee
bien, aunque se trata de un producto menor, La nieta del señor Linh, del francés Philippe Claudel. Por su calidad y su exotismo destaco tres buenas
novelas:
Claudio Magris ha publicado una novela
minoritaria, dura, pesimista y un tanto complicada en su estructura y
contenido: A ciegas, muy lejos de sus mejores composiciones; lo mismo le
ha pasado al norteamericano Philip Roth, autor de Elegía, una novela un tanto falsa
sobre los efectos de
Y no me resisto a acabar este artículo, que repasa de manera acelerada la actualidad literaria durante 2006, con sonoros y previsibles bodrios, a pesar de sus indudables ventas: la primera (y esperemos que última) novela de Jorge Bucay, El candidato, que además ha obtenido el Premio Ciudad de Torrevieja; una nueva y mediocre novela de Isabel Allende, Inés del alma mía; Camposanto, del esotérico y vulgar Iker Jiménez; el prefabricado best-seller Un lugar llamado Nada, de Amy Tan, y La bruja de Portobello, del agotado literariamente y multimillonario Paulo Coelho.